SOY CRISTIANO Y VOTÉ NO AL PLEBISCITO POR LA PAZ.
Como
cristiano, soy un hombre de convicciones. Soy un hombre de convicciones cristianas no porque yo las posea, si no porque ellas me poseen a
mí. Precisamente estas convicciones cristianas
me imposibilitaron votar por el SÍ en el pasado Plebiscito del 2 de
octubre.
Recordemos
que con este mecanismo de participación política se buscaba la legitimidad, aprobación y apoyo de los colombianos a los Acuerdos de la Habana entre el
gobierno Santos y la guerrilla de las
Farc.
Como
Politólogo, analista de la situación política del país, tuve mis dudas en
relación al manejo de la guerra en Colombia. De acuerdo al DIH, un conflicto
interno es definido como una confrontación militar entre un Estado legítima y legalmente
organizado y una fuerza disidente que se levantaba contra ese régimen por una
causa política y social.
La
primera decisión que tomó el presidente Santos
para una posible negociación de paz con las Farc fue declarar que en Colombia
había un conflicto interno, yendo en contravía con la decisión que anteriores
Ex presidentes habían tomado de no declarar tal cosa. Este fue un hecho
transcendental que generó desconfianza en una parte de la sociedad colombiana,
¿la razón? La causa política de las Farc; El reconocimiento político y social
de la guerrilla y su guerra contra el régimen establecido como una causa que
representaba un sector de la sociedad en el cual sus principios ideológicos tienen
aceptación.
Existen dos razones por las cuales no apoyé el SÍ en
el pasado Plebiscito del 2 de octubre; En este artículo voy a exponer la
primera razón.
Estas
razones fueron generalizadas y vale la pena traer a memoria la primera de ellas
que está relacionada con la impunidad que trae el Acuerdo y que va en contravía
de la noción retributiva de la justicia. Como cristiano creo:
1. PARA
QUE EXISTA VERDADERA PAZ, DEBE HABER VERDADERA
JUSTICIA.
Si
hubo una razón que generó rechazo al Acuerdo de la Habana era el concerniente a
la justicia. Estoy seguro que de este principio se desencadenan muchos males
para este país y que están contemplados en este Acuerdo. Durante la campaña por
el NO de la cual fui participante teníamos claro que con el proceso de paz se
le daba un indulto histórico a las las
Farc. Muchos colombianos indignados manifestaron que no era posible tal cosa.
La guerrilla había cometido durante décadas y años muchos crímenes que son
tipificados por el DIH como de Lesa Humanidad;
Son denominados así porque atentan contra la existencia humana. Entre estos
delitos encontramos el secuestro, la toma de rehenes, el sometimiento sexual,
las mutilaciones, la tortura y la
desaparición forzosa. Estos crímenes según el Estatuto de Roma el cual ratificó
Colombia por medio de la ley 742 de 2002
denomina tales delitos como imprescriptibles, es decir que no caducan y
pueden ser perseguidos y condenados en cualquier momento.
Como
cristiano este hecho era intolerable. Por un lado, como ciudadano que vive en
un país marcado por la guerra, había un anhelo nacional lícito y legítimo de
que se acabara la guerra en Colombia, pero al ver la propuesta que el
presidente Santos presentó para tal fin se generó muchas dudas y
cuestionamientos en mí.
La
Biblia habla de la justicia retributiva como un castigo que se le aplica a alguien que ha infringido la ley
como contraprestación al daño que ha cometido. Es decir, que el castigo es
proporcional al mal que el infractor comete. Teniendo en cuenta este fundamento,
al malo no se le debe indultar, ni mucho menos premiar, si no castigar
severamente, incluso con la muerte.
Algunos versículos de la Biblia que hablan de la
Justicia retributiva son:
Cuando
no se ejecuta rápidamente la sentencia de un delito, el corazón del pueblo se
llena de razones para hacer lo malo. Eclesiastés 8: 11 (versión NVI)
Porque Dios «pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras».
Según
el Acuerdo de paz, Las Farc no pagarán cárcel, solo bastó con un tibio perdón
público por parte de uno de sus comandantes. Por el contrario dentro de los
beneficios que la guerrilla tendrá por haber dejado la guerra y decidirse por
la paz, según el gobierno Santos, están la participación política asegurada para
ellos que les permite tener curules en la cámara de Representantes y en el Senado
de Colombia.
Juan
Calvino en relación a los gobernantes y su función dijo lo siguiente:
Los gobernantes son
constituidos como protectores y conservadores de la tranquilidad, honestidad,
inocencia y modestia públicas (Rom. 13,3), (Ellos) deben ocuparse de mantener
la salud y paz común… es decir, no disimular ni consentir ninguna iniquidad de
ninguna clase, sino detestar a los impíos, calumniadores y soberbios, y buscar
buenos y leales consejeros en todas partes. Y como no pueden cumplir esto si no
es defendiendo a los buenos contra las injurias de los malos, y asistiendo y
socorriendo a los oprimidos, por esta causa son armados de poder, para reprimir
y castigar rigurosamente a los malhechores, con cuya maldad se turba la paz
pública.
Joel Beeke en su libro La Espiritualidad Puritana y
Reformada define que el propósito de la ley Bíblica en la función pública es (la)
“guía para el magistrado
civil, en el cumplimiento de su tarea como ministro de Dios en las cosas
pertenecientes al Estado. Nada puede ser más esencial en esta labor que un patrón
fiable de lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo. Y no se puede
encontrar un patrón mejor que la ley de Dios.”
Rushdoony
un destacado teólogo cristiano de línea reconstruccionista va mucho más allá;
él dice que la razón por la cual el Estado
no somete a los malos es porque se ha redefinido la noción de la Justicia, debido a que se ha cambiado su esencia Cristiana
por una netamente humanista- antropocéntrica.
Rushdoony
dice:
El estado moderno está
negando el cristianismo y adoptando leyes humanistas.
Está presentándose como
la única fuente verdadera de la ley. Niega que exista un Dios cuya ley sea
obligatoria para todas las naciones, y estas deben obedecerlas para que no se
les envíe castigo. La consecuencia del humanismo moderno es que el estado se
pone en el lugar de Dios.
Este
al parecer es el caso de Acuerdo de paz alcanzado por el gobierno Santos y
Farc. Claramente vemos que este acuerdo de paz no busca castigar el malo, sino
premiarlo; aplicando una ley que es restaurativa. Este acto parece loable pero
es abiertamente dañino y anticristiano porque como dice Rushdoony y Calvino
niega el propósito de la ley en su fundamento cristiano: Castigar proporcionalmente al malo según su maldad. Creo firmemente que el Acuerdo de paz en
Colombia es un acuerdo de impunidad total porque no se castiga si no que se
indulta y premia al malo impenitente, en este caso a los cabecillas de la
guerrilla.
Finalmente,
en relación a la impunidad que nos deja este Acuerdo, creo que se está
pretendiendo sanar la herida superficialmente dejando visiblemente una cicatriz
que oculta un problema peor: El dolor apaciguado de una guerra que no ha cesado.
La
primera razón por la que decidí votar NO es porque creo sólidamente que PARA QUE EXISTA VERDADERA PAZ, DEBE HABER
VERDADERA JUSTICIA. Es claro que la
Paz de Santos no promueve una verdadera Paz,
¿porque? Porque no está basada en la Justicia retributiva.
Continuará…
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